Cuando la violencia es bien vista
“El hombre es el lobo del hombre”, Hobbes
“El deseo de venganza es un impulso natural”, se lee en el cartel alusivo para la promoción de “Irreversible” (2003). Esta película del director argentino Gaspar Noé cuenta la historia de atrás hacia adelante: el carrusel de la linealidad narrativa va girando a la inversa a través de numerosos movimientos de cámara y ocularizaciones internas, desplegando un tipo de violencia sucia, degradante, inquietante, que deja secuelas, porque un acto violento siempre cala, a pesar de que sólo –no importa si de lejos o de cerca– se le mire. En esta propuesta cinematográfica se pone en juego lo señalado por Hobbes: la violencia es un instinto natural, sea cual sea el tipo de ésta.
Hace dos días vi “Solo contra todos”, un filme del mismo director argentino, sólo que anterior a “Irreversible”. En esta película Noé apuesta también por un planteamiento violento, sólo que difiere mucho respecto a lo ofrecido en “Irreversible”: En “Sólo...” se refiere una violencia física, pero sobre todo psicológica. En la mente del personaje es donde se anida y proyecta la violencia, una violencia ensimismada, inatrapable, incomprensible a ratos, destructiva siempre. Es sorprendente cómo el ser humano a veces se convierte en su propio verdugo, en su presa y cazador, en su motivo y descontrol. “Solo...” nos da cuenta de esto de un modo impactante: los monólogos del personaje, largos, complicados, cansinos, lo presentan como un desadaptado, un olvidado de la sociedad, cuando en realidad es la más clara representación de ésta. Por si fuera poco, no sólo la vida es cíclica, también los actos violentos lo son, y en ocasiones vienen más desgarradores, pero no dejan nunca de lado su carácter desolador.
A propósito de las escenas violentas, hay que decir que a más de espectaculares, han formado siempre parte del cine. Pero debemos anotar que su efecto puede ser devastador, en dos sentidos: de algunos filmes puede hablarse de una trivialización de la violencia, dado su sinsentido, sus repetidas y vulgares apariciones en el proceso de la cinta, lo que da al traste con la propuesta; de otros, puede referirse un tipo de violencia eficaz, detonante de emociones, entendida como el momento certero de insertar, en el transcurso de la historia, un vuelco de imágenes, una irrupción que es a veces meteórica, alucinante, metódica, y en algunos casos hasta necesaria. “Irreversible” y “Solo contra todos” se inscriben en este último apartado.
(Que no confunda el título del post, yo tiendo más bien a ser pacífico)
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Denise -