Una de cal....
Los sultanes del sur, una película mexicana de acción que se encuentra en cartelera, y que la crítica cinéfila en general apabulló, viene a intentar rescatar –así lo creo– el cine de acción –con sus asegunes– en nuestro país, que se quedó moribundo en las últimas décadas del siglo pasado con aquellos filmes en que los protagonistas inmoribles eran los hermanos Almada, Miguel Ángel Rodríguez, Jorge Reynoso, Valentín Trujillo, Pedro Armendáriz, Eric del Castillo, Rosa Gloria Chagoyán –con su mítica “Lola la Trailera” –, Edgardo Gazcón, Roberto Ballesteros, entre otros de una larga lista.
Los sultanes del sur y antes, Matando cabos, sin pretender más de lo que pueden lograr –los críticos las han reprobado porque les exigen más de lo que pueden dar–, se inscriben, sobre todo la primera, en el género de road-movie, aunque por ahí andan muchos que se han rasgado las vestiduras por ese atrevimiento de un filme de manufactura nacional. Es cierto que Los sultanes del sur acusa deficiencias y discontinuidad en el guión y que también cojea en otras cosas menores, pero una de sus mejores virtudes es que el espectador nunca sabe para dónde va a tirar la historia. Y eso es un enorme mérito que, además, se sale del canon.
(En este mes de enero se cumplieron 21 años de la muerte de Rulfo. Por Chapultepec, entre Justo Sierra e Hidalgo, hay un enorme eucalipto que ostentaba una placa que decía: “Los lectores de Juan Rulfo dedicamos este árbol a su memoria. 16 de mayo 88”. El rótulo metálico desapareció. Pero no la evocación del autor del sur jalisciense).
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