Horario meticuloso
Ayer tenía trabajo que hacer en casa. Así que llegué temprano, más o menos temprano, después de una junta insufrible, infumable, inservible –tres horas tiradas al caño.
De modo que nada más llegué me senté en el sillón a descansar y estirar los pies –acuso cansancio atrasado por una continua investigación de fines de semana.
Ahí me quedé por casi una hora.
Por fin me levanté, me metí a bañar –el agua fría fue lo mejor; salí, encendí el televisor, destapé una cerveza, luego otra.… comí pistaches, papas al jalapeño, vi un juego entre River y Botafogo –que me emocionó por su inesperado desenlace; después puse una película en el DVD que acabó adormilándome.
La tarde se fue sin sentirla, la noche vino casi en seguida; la nítida luna que entraba por el ventanal del estudio se adelantó a octubre.
Y no trabajé…
Me fui a domir.
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