Vengo del corazón a mis trabajos
Hoy sólo quiero justificiar el por qué del título de este espacio. “Vengo del corazón a mis trabajos” es un verso de un poema de Ricardo Yáñez, un poema sencillo y llegador, un breve poema que encierra un encanto abrumador por su carácter reflexivo o puramente visual (según se le quiera ver), surgido de la vena más coloquial del lenguaje, cercano a la canción popular, que parece escrito de primera intención y que, a la vez, muestra un riguroso oficio. Aquí el poema del que hablo:
Si no amor soy entonces qué carajos
qué nube de pesar qué estrella herida
bandera por qué vientos abatida
conversación resuelta en qué estropajos
vengo del corazón a mis trabajos
y voy de mis trabajos a la vida
vida que se te entrega inmerecida
pero que sabe dar sus golpes bajos
no sé ni qué decir pero me digo
que al fin y al cabo soy un buen testigo
y voy atestiguar que estoy amando
todo lo que perdí mejor ahora
que cuando lo tenía llora llora
no dejes de cantar te estoy mirando
(Ricardo Yáñez, en su antología personal Novedad en la sombra)
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