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Vengo del corazón a mis trabajos

¿Enemigo=amigo?

¿Enemigo=amigo?  Hoy me decía la Chica Azul –propuesta de una compañera de trabajo– que tu peor enemigo es, en realidad, tu amigo; la cuestión es, me aseguraba ella, más semántica que pragmática. (Una distinción tan enigmática como aquella que hacía Platón de los filósofos y los filodoxos). Quise entenderlo en esos términos semánticos, pero aún así me resisto a creer que tu peor enemigo sea –qué más da– tu amigo. De ser así, las afinidades tendrían que salir del cuadro, las querencias no figurarían por ningún lado, las charlas compartidas vendrían siendo a final de cuentas un oscuro silencio, y la libertad de escoger a las amistades acabaría siendo como deambular en un tianguis con la intención de encontrar el mejor precio de las uvas o los aguacates. En fin, me parece una necedad, una disparatancia, un enunciado que da pie a una conversación y deviene en trifulca –a blanco y negro por supuesto– entre Los Tres Chiflados. “Nadie ha venido solo. Cada uno trae consigo un paisaje”Rosario Castellanos, “El escritor y su público”

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